Sobre “employee wellbeing” …. El síndrome de burnout o «síndrome del trabajador quemado» 

Ayer entrevisté a una persona con un CV bestial. Una formación impecable. Con un puestazo en una multinacional TOP, un sueldo TOP, … Todo su discurso “transmitía envidia” (yo quiero ser cómo él!! (ella en este caso….)) … Al llegar a la pregunta típica de “y porqué quieres dejar tu actual compañía”, se dio la fatídica respuesta: “¡ES QUE ESTOY QUEMADA!”

Últimamente se habla mucho del bienestar de las personas en las organizaciones, o cómo lo están llamando “employee wellbeing”. Uno de los síndromes asociados a este bienestar (o malestar en este caso) y que incide directamente en la productividad y la fuga de talento en las empresas,  es el conocido término acuñado por el psiquiatra estadounidense Herbert Freudenberger en 1974 en el libro Burnout: The High Cost of High Achievement

El síndrome de desgaste profesional, burnout o para entendernos, el síndrome del trabajador quemado, es un estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral. Aunque esta no es una enfermedad en sí misma, se reconoce como el detonante de otros problemas de salud física y mental más graves. Cuando una persona presenta el síndrome de desgaste profesional, puede sentirse agotada todos los días, tener una actitud cínica, sentirse desmotivado e insatisfecho con su trabajo y lo peor, el síndrome de burnout puede estar acompañado por síntomas físicos tales como dolores de cabeza, náuseas y dificultades para dormir.

Las causas más habituales y a las que debemos prestar atención son: sobrecarga de trabajo, expectativas demasiado altas, falta de motivación o falta de directrices claras por parte de los responsables de una empresa.

¿Cómo puedes saber si lo padeces? Si te levantas habitualmente cansado y sin ganas de ir a trabajar pese a haber descansado más de siete horas, sientes que estás dejando de lado tu vida personal para atender sus tareas laborales y lo que inicialmente te proporcionaba desafíos y gratificaciones te resulta indiferente, ahí puede saltar la alarma. Otro indicador es que la calidad de las interacciones con las personas sea cada vez peor, o que tengas el sentimiento permanente de ser ineficiente. 

El capital humano es un valor muy importante de las compañías, vital!! A una persona que desempeña bien su trabajo, hay que cuidarla!!!

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